Permitir que la alegría y los brillitos que surgen al hacer algo que amamos se extienda en el cuerpo físico y emocional, sin culpa o sin buscar el “detallito por arreglar” , requiere mucho trabajo y energía.
Te lo digo porque antes me pasaba (y a veces me sigue pasando pero mucho menos) que cuando me encontraba en medio de una experiencia donde había mucho gozo y plenitud, me llegaba un pensamiento e incluso una sensación tensa en el cuerpo que me decía:
“ni te pongas tan feliz, posiblemente lo estás haciendo mal”
o,
“realmente no está siendo tan perfecto como parece, de hecho mira, esta y esta situación podría ser mejor”
o
“como voy a estar tan feliz y relajada cuando hay mucho por hacer en el futuro”
o
“Esto está lindo, pero sé que hay algo más que lograr, algo más grande que esto”
Así puedo poner muchos (muuuchos) pensamientos intrusivos. Pero que bonito recordar que - no somos nuestros pensamientos-, de hecho aunque muchos llegan como si fuera una voz externa hablando y pareciera que no tenemos el “control” de estas voces, nosotros podemos, con la práctica de la presencia, re-direccionar y crear un lugar bonito en nuestra mente y espacio para existir en paz y alivio
Llevo más de una semana procesando y dejando que se incorpore a mi ser uno de los eventos que más plena me ha hecho personal y profesionalmente.
Se sintió como si yo fuera una estrella fugaz en el cielo que llevaba mucho tiempo esperando su breve momento para poder deslizar su brillo por el cielo, y aunque no es como esas estrellas o planetas que se ven casi cada noche, esa brevedad, estuvo llena de magia y deleite.
Canté , frente a un público en Ciudad de México. Canté frente a personas que admiro desde hace tiempo. Canté junto a Diego, mi productor y compañero de composición, la persona que ha hecho posible que las canciones que surgieron en la intimidad e inocencia de mi corazón, existieran pudiendo encontrar profundidad, silencio y un sonido. Canté, pude usar mi voz y lo disfruté sin ansiedad, sin dudas, sin temblar. Cantando mis canciones, esas que han surgido desde las lágrimas y la vulnerabilidad más suave del corazón.
Canté…simple y complejamente…canté
Cantar es lo que más amo hacer desde que comencé a existir en esta tierra y poderlo compartir con más seres humanos… wow qué regalo.
¿Y sabes? Me siento orgullosa, no solo por toda la entrega, presencia y disciplina que entregué con devoción a este evento no solo en ese momento en el escenario que aunque son varias canciones y minutos en el escenario, se sienten como un sueño fugaz.
Si no desde el primer segundo en el que supe que tenía esta responsabilidad, mi pequeño equipo y yo, preparamos cada canción, cada detalle estético y técnico con mucha meticulosidad.
Pero de lo que me siento MÁS orgullosa, (agradezco que es gracias a todo el trabajo que he hecho para cuidar mi corazón, mi sistema nervioso, mi cuerpo y mi energía. Cuyo trabajo lo he ido tejiendo, key change tras key change con presencia y paciencia…)
es de mi capacidad de disfrutar. Mi capacidad para que en esos momentos el disfrute y felicidad pura bañaran a mi cuerpo y corazón y permitir que se quedaran sin querer hacer chiquita la sensación.
Mi capacidad de estar conmigo aún cuando había muchas personas pidiendo mi atención y acción.
Mi capacidad de tomar pausas breves para escucharme para regalarme una sensación de calma y alivio.
Mi capacidad de -estar- en el escenario con toda mi presencia, abrazando ESE escenario y ese momento como el regalo más grande de la vida hasta ahora.
Mi capacidad de practicar el -ser yo-
Sin querer ni extrañar nada más.
Sin querer ni extrañar nada más.
Sin querer ni extrañar nada más.
Créeme que lo más fácil, (porque es lo que más practicamos como sociedad y a lo que yo me incliné por mucho tiempo) es el elegir el estrés, la autocrítica, el complacer las necesidades de las otras personas, y el abandono propio.
DISFRUTAR es una práctica. PERMITIRTE BRILLAR es una elección que siempre tienes como opción.
Y no me refiero a un “permitirte brillar” que sea únicamente cuando estás exponiendo tu arte o cuando estás siendo el centro de atención. Claro, ese brillo es importante, mereces ser vista.
Pero hoy me refiero a ese brillo tintineante que viene desde lo más irracional del corazón y que no necesita ser contemplado por alguien más, más que por ti.
Permite llenarte del brillo interior que surge cuando estás haciendo algo que amas o cuando estás con alguien que amas sin culpas, sin buscar explicación. Porque cuando permites ese brillo con toda la presencia, automáticamente el pasado y el futuro se disuelven, tu cuerpo está experimentando el gozo que está en lo infinito del presente.
Tomémonos en serio el disfrutar.
Porque te voy a decir algo YO NO ESTOY ESPERANDO.
Yo no estoy esperando a que algo “más grande” pase . Yo no estoy esperando a que todo esté perfectamente organizado. Yo no estoy esperando a que todos mis amigos me vayan a ver. Yo no estoy esperando a que no haya ni un error técnico. Yo no estoy esperando a que haya miles de personas aclamando a mi arte. Yo no estoy esperando a sentirme 100% lista. Yo no estoy esperando a que alguien más me diga que “ahora sí” lo “he logrado” ….
para poder disfrutar con una sonrisa que viene enraizada del corazón.
Yo no estoy esperando.
¡Claro tengo sueños!
¿Y te digo algo? El evento no salió perfecto, hubo 1 o 2 errores técnicos muy importantes (que posiblemente nadie notó) pero mi equipo y yo sí, hubo heridas de abandono activadas y hubo esta “prisa y urgencia” porque gracias al tráfico de esta bella ciudad (que honestamente cada vez amo más) estuve a punto de no llegar a cantar.
Antes de comenzar a cantar, tomé un momento que duró menos de 30 segundos. Puse una mano en el corazón y dije “Clau, ya hiciste el trabajo, estás a punto de cantar, gracias por regalarme esta confianza, ahora mereces, merezco disfrutar.”
Que importante es crear un ecosistema en el cuerpo y en la mente para poder experimentar la vida desde el gozo, donde las imperfecciones no nos privan de sentir felicidad y gratitud. Que importante es tomarnos el tiempo de crear ese ecosistema.
Quiero que mi mente y mi sistema nervioso se sienta como un bosque con mariposas, cascadas, hadas susurrandome sueños y mi voz interior agradeciendo cada momento.
Por más romántico y cursi que se escuche, creo que no es sano el vivir en un ecosistema interno que se la pasa pensando y torturándonos con autocrítica o arrepentimientos, que se siente oscuro y ajeno. Así que yo elijo romantizar esto. Me ha funcionado
Yo he creado este ecosistema meditando, haciendo yoga, escribiendo, yendo a terapia cuando es necesario, siendo honesta conmigo misma y con los demás, teniendo conversaciones incómodas, llorando, riendo, cantando, pasando tiempo sola, tomándome el tiempo de soñar con una versión más ligera de mi. Seguramente no son las únicas maneras, pero para ti: ¿Cuáles son esas actividades o herramientas que usas para construir tu ecosistema interno? ¿Cuáles te gustaría implementar?
Te voy a decir algo que me ha llevado a pensar mucho en esto, y es que (no sé porqué), pero algunas personas que afortunadamente no son parte de mi círculo cercano con el que me rodeo a diario, me han dicho en las últimas semanas:
“Wow espero que pronto tus canciones sean muy famosas y exitosas”
o
“¡Qué padre que tuviste esta presentación! Algún día serán conciertos de estadios o los auditorios más importantes del país”
Claro, voy construyendo un camino, sembrando un jardín donde mi arte florezca y pueda llegar al corazón de más personas, pero mi definición de éxito no es estar en el escenario más grande.
Y cuando tengo oportunidades como esta, no digo: “Bueno, lo acepto pero realmente lo que quiero es lo más grande”.... No, porque la vida no está comprada y hay muchas cosas que no dependen de uno, yo no sé cuando voy a volver a cantar en vivo, espero sea pronto, pero pude disfrutar con cada fibra de mi ser el cantar como si fuera la última vez o la vez “más importante”, porque para mí, así lo fue y si se llega a presentar otra oportunidad, quiero expandir mi capacidad de gozo y gratitud.
Atesoro esta experiencia con todo mi ser, no solo ese día, sino todo el proceso que se sintió tan lleno de pasión, alivio, crecimiento y complicidad.
Pero YO NO ESTOY ESPERANDO a que todo lo que “brilla” para la sociedad o lo que les es “grande y llamativo” pase para sentirme vibrante o profundamente orgullosa.
Quiero que el mensaje de esta carta sea:
Permitamos que la alegría, gratitud y esos destellos de brillos que surgen en el día a día, entren y dejemos que se queden un rato más de lo que estamos acostumbrados.
Porque no solo existe esa alegría llena de glitter cuando pasan este tipo de experiencias, pero está ahí cuando te estás riendo con un ser querido, está ahí cuando te preparas tu bebida favorita, está ahí mientras cantas tu canción favorita, está ahí cuando comienza a llover en pleno verano, está ahí cuando ves a tu mascota dormir, está ahí cuando sales a caminar, está ahí cuando estas en Savassana después de una clase de Yoga, está ahí cuando tomas en tus manos el libro que tanto ansiabas leer, está ahí cuando cuando pedías una señal y ves el reloj y son las 11:11 o ves una pluma de ave o ángel, está ahí cuando estás escribiendo o haciendo lo que más amas que quizá nadie entiende, está ahí cuando ves algo tan bello y sacas tu celular para capturar la belleza del momento.
Let them in ....Deja entrar a tu vida a la alegría, a los brillos. No hay nada que esperar.
Love,
Clau♡
Share this post