Este texto, viene desde lo más suave de mi corazón.
Viene desde esa voz que cada uno de nosotros posee, que es tierna, amorosa y sabia.
La fortaleza en abrazar la vulnerabilidad de tu propia historia.
Quizá sea fácil juzgar al parecer que es un cuento para niños, quizá te parece “muy dulce”
Pero hoy te recuerdo que dentro de ti, habita una versión de cuando eras pequeño, una versión que tiene sueños, miedos, que pide ser atendida.
Quizá la escuchas constantemente y la cuidas, quizá no.
Nunca es tarde.
Deseo que este escrito te de una pista de en qué lugar del mapa está esa versión de ti de pequeño/pequeña con tu inmensa en sabiduría.
Deseo que mi historia te inspire a dar un paso al amor propio.
“Cuando me encontré con esa versión de mi, pequeña, asustada, lastimada, ignorada y pérdida…
La tomé de la mano, me aferré a ella, me puse un casco y armadura para defenderla a capa y espada.
Nadie más determinaría nuestro valor, nada más nos heriría, nunca más iba a dejar de escuchar mis deseos.
Pero, ¿cómo es posible desear algo si no me abro a ver que hay allá afuera?
¿Cómo voy a disfrutar de bailarle a la vida, si andar a la defensiva es agotador?
Hoy, siento que es tiempo de soltar esa armadura.
Hemos creado un dulce hogar juntas donde podemos descansar, movernos, escucharnos, tomar el té, cantar, comer lento y platicar.
Pero ese hogar es solo un lugar de todos los hogares que nos ofrecen espacio y tiempo para que vayamos de visita.
Nos llevaré de la mano, momento a momento, preguntándole a esa pequeña y al reflejo en el espejo de manera constante y tierna:
“ ¿Qué necesitas hoy? ¿Hay algo que te lastime? ¿Estás a gusto aquí?”
Marcando sanos límites cuando alguien visite nuestro hogar o cuando visitamos alguno otro.
Pero esta vez, sin armadura.
A esa pequeña la voy a abrazar,
La voy a cuidar, pero le dejaré ver que el mundo es un lugar hermoso con seres buenos que también quieren cuidar de ella y la respetan, nos respetan.
Soltar ese peso que uno carga cuando anda con armadura defendiéndose por la vida.
Vamos a caminar lento pero fluido
Voy a permitir que la frescura del aire, el olor del mar, la variedad de colores del atardecer y lo nuevo del amanecer me cambie.
Porque es bueno permitirse cambiar, vivir cada estación, dando atención, trabajo y energía a las semillas correctas y honrar las que no darán fruto o las que captaron algo que no las deja desarrollarse.
Porque eso es vivir en plenitud,
eso abrirse a la vida,
eso es vivir en armonía.
Love,
Clau ♡