Tengo sueños.
uh
Muchos sueños
Si entras a mi corazón es como entrar al juego de Mario Bross, encuentras 8 mundos (o quizá más) diferentes por habitar.
Esos mundos son los sueños que quiero desbloquear.
La cosa es que, solo hay 1 “YO”, lo cual lo hace un poco complejo porque no puedo ir desbloqueando y habitando mundos a la primera y tampoco puedo habitarlos todos al mismo tiempo.
Por mucho tiempo, me inspiré por personas que presumen de habitar muchos sueños a la vez, presumen de empujarse, de luchar, de no dormir, de ser como super héroes y lograr mil cosas en un día.
Comencé a ser su aprendiz. Así viví muchos años.
Muchos proyectos importantes a la vez.
Culminando cada uno y planteándome nuevos.
Queriendo algo más y algo más, quizá algún día, cuando creciera, me sentiría en paz.
Nunca fue suficiente. Nunca me sentí suficiente.
Sintiéndome culpable de no tener respuestas, culpable de descansar, (eso lo sigo trabajando) sintiéndome incapaz de mantener quietud.
He escrito un poquito de esto en otras cartas, como esta, pero hoy quiero profundizar en esto.
Recibí la señal perfecta al iniciar la semana cuando escuché un podcast que honestamente pocas veces escucho.
Este episodio en particular me llamó la atención porque los hosts tuvieron como invitada a una chica que conocí cuando ella iba empezando a cumplir algunos de sus sueños y hoy ella ya tiene un reconocimiento internacional y 3 libros publicados.
Ella, con un toque de ansiedad y protección, empezó a decir que no entendía el porqué las personas tomamos vacaciones, que eso le desesperaba porque ella tenía tantos sueños/metas y que ella necesitaba estar todo el año trabajando en ellos. También dijo que estaba trabajando como en 6 proyectos a la vez, proyectos muy muy demandantes y que no reducía su carga de trabajo porque le daba miedo elegir algo y perderse de lo demás (FOMO) .
Cuando la escuché a ella hablando, fue como ver a la Clau de antes, a la Clau que quería abarcar mucho a la vez, a la Clau perfeccionista.
Cabe aclarar que soy una perfeccionista en recuperación.
Aún es algo con lo que trabajo a diario. Con mis hábitos, con el movimiento de mi cuerpo y mi lenguaje, elijo soltar el perfeccionismo y elegir la compasión. porque mi parte más compasiva, estaba empolvada y me siento orgullosa por atender y cuidar a mi suavidad.
Claro, este despertar y estas herramientas las he fortalecido con ayuda de la psicóloga, de los libros que veo, de podcasts y de mis prácticas como la escritura, meditación y yoga.
No vengo aquí a presumir que tengo todo resuelto y que vivo en la nube de la compasión y suavidad, vengo a compartir mi proceso porque me da tristeza ver como la cultura de la prisa, del perfeccionismo y la escasez de tiempo habita en los cuerpos de muchos de nosotros.
Recuerdo que hace un par de meses, le comenté a la psicóloga que yo sentía que no estaba haciendo muchas cosas y que tengo muchos sueños en los que no he empezado a trabajar, que mi sensación de insuficiencia aún se presentaba con continuidad.
Ella, con curiosidad y gentileza me preguntó, “¿En cuántos proyectos estás trabajando ahora? Después de un par de segundos, respondí: “4”
4… 4 proyectos importantes, (1 de ellos es este espacio) que toman mi energía, mi tiempo y mi corazón y aún no sentía que era suficiente.
Decirlo en voz alta me ayudó a mí misma darme cuenta que, no es la cantidad de proyectos, es la validación que me doy a mi misma.
La consulta fue a una profundidad muy intensa que me guardo para mí, pero
me sugirió que ahorita me enfocara en esos proyectos y yo misma me dijera a diario que eso es suficiente y que si podía delegar algunas cosas, lo haría porque el descanso también es importante.
No quiero decir que nos vayamos al otro extremo y no tengamos metas, deseos y que no podamos trabajar en 2 cosas a la vez, no. El deseo es la gasolina de la vida, trabajar por nuestros sueños es la motivación de nuestro día a día.
Pero, hoy sé que el descanso, las vacaciones y el desapego son necesarios.
¿Por qué? Porque nuestro valor y nuestra motivación no viene solamente de esos sueños por los que trabajamos.
Me he dado cuenta en este último par de años que el hecho de ver a un colibrí fuera de mi ventana me motiva, me levanta de la cama el salir a caminar con Benni y respirar el aire fresco. Me conecta con mi valor el hecho de cantar una canción o componer una canción sin pensar en publicarla.
Aunque tengo muchos sueños, estoy dispuesta a perderme por ahora de algunos de ellos porque mis sueños son suficientes.
Vivimos en una cultura que te está mostrando todo el tiempo lo que no tienes, donde no estás, lo que puedes lograr, establecemos tantas conversaciones en “Y no has ido a…?” “ Y porque no haces esto, o lo otro?” Ya tu sabes bien esas conversaciones en las que te marcan de lo que te estás perdiendo, lo que no estás haciendo, lo que no estás teniendo.
Este Key Change, cambio clave es del
FOMO (Fear of missing out) / Miedo a perderte de algo
he pasado al
JOMO (Joy of missing out) / El gozo de perderme de algo
Ahí es cuando entra el minimalismo mental y emocional.
Cuando eliges tener calidad por encima de cantidad.
Cuando eliges lo simple, lo que brilla en tu corazón.
![](https://substackcdn.com/image/fetch/w_1456,c_limit,f_auto,q_auto:good,fl_progressive:steep/https%3A%2F%2Fsubstack-post-media.s3.amazonaws.com%2Fpublic%2Fimages%2Fa379a655-065d-4121-89f0-8ed1d45d62d7_1170x842.jpeg)
Tu intuición, alma y corazón son lo suficientemente inteligentes y pacientes para ir desbloqueando sueño por sueño, con gracia y elegancia.
Así como yo, que ando trabajando en más de una meta, ahora desde un lugar más relajado, con menos urgencia, recordando que lo que hago ahora es suficiente, conectando con la gratitud y la lentitud.
Me puse estos 4 proyectos sé que puedo priorizar por día, distribuirlo y hacer espacio para ser, descansar e inspirarme. Quizá en otra época de mi vida serán menos, o más, pero siempre desde un lugar sin prisa, desde un lugar de calma.
Repite conmigo con voz suave y una mano en el corazón:
No llevo prisa
Estoy a tiempo.
La vida se desenvuelve con simplicidad y facilidad
Estoy haciendo suficiente.
Soy suficiente.
Hoy quiero que nos preguntemos lo siguiente:
¿Qué pasaría si nos amáramos lo suficiente para soltar la prisa por cumplir y fuéramos un poquito más despacio, con elegancia recordando que ya estamos haciendo suficiente?
¿Qué pasaría si eligiéramos menos?
¿Qué necesito priorizar para recordar la belleza de estar viva?
Así como en las cartas pasadas que tus comentarios han traído calidez, hermandad y amor a este espacio, te agradecería si comentas tus respuestas a las preguntas o tu opinión, este es un lugar seguro.
Escribí este poema, ojalá te inspire a escoger menos para cuidar más.
No quiero y no me interesa coleccionar sueños
Que se queden detrás de las vitrinas solo para mostrarlos, pero si te acercas y observas, están empolvados.
Elijo el riesgo de tenerlos viviendo en mi jardín
con amor, ternura y dedicación
regarlos, nutrirlos
tenerles paciencia
Habrá tormentas
Épocas donde algunas partes mueran
Pero la raíz siempre estará aquí, en mí
en casa.
Hasta mi último aliento.
Love
Clau ♡
¿Qué pasaría si eligiéramos menos?
Al dejar atrás la urgencia por hacer más y más, por llenarnos de ocupaciones y pensamientos que nos distraen de sentir y estar en el presente, es que creamos más espacio para que cada sueño crezca.
Empezamos a honrar su invitación a conectar con ellos, a reconocer que no son inalcanzables, a canalizar su empuje y que te puedes mover en ellos a sus ritmos y descubrir sus múltiples formas.
Este año elegí soltar proyectos que simplemente no son su tiempo ahora, y es en este presente que encuentro claridad para seguir los que hoy me hacen sentir más y con los que también contribuyo más a otros.
La clave es disfrutar el momento. El presente es lo unico que podemos manejar.