Tenía 18 años recién cumplidos cuando me subí a ese avión que tenía escrito “Toronto, YYZ” en la pantalla de la sala de abordaje del aeropuerto.
Solo había 4 cosas que eran seguras:
1.🍃No tenía un boleto de regreso.
2.🍃 Iba a estudiar Teatro Musical en un “college” que encontré en google.
3. 🍃Tenía un lugar donde dormir por el próximo año en una residencia de estudiantes.
4. 🍃Nunca había estado en Toronto, así que no conocía nada.
Mis papás subieron al avión conmigo, solo que ellos sí tenían boleto de vuelta.
Por un par de días nos fuimos a explorar el rumbo por donde estaba mi escuela, mi residencia y me ayudaron a ubicar 2 o 3 tiendas para poder ir a comprar las cosas necesarias, después de eso, con lágrimas en los ojos y un corazón conociendo una nueva capa de orgullo, regresaron a México.
Hubo silencio, ahora solo tenía en mis manos el peluche que me dio mi novio de ese momento, un leotardo negro para las clases de ballet que empezarían en un par de días y la confianza que mis papas me entregaron. Fue el inicio de una etapa importante.
Hace un año, le escribí una carta de amor a Toronto, reconociendo lo complicado, liberador e incómodo que fue vivir ahí.
Hoy quiero compartirte uno de los regalos más hermosos que me regaló Toronto. Un KEY CHANGE que le dio un giro de 180 grados a mi vida.
Y es que ese regalo fue lo que menos me esperaba de mi estancia ahí.
Creí que solo iba a recibir una educación profesional en danza, canto, actuación y la experiencia de vivir sola en otro país.
Aunque fue así y hoy en día puedo decir que tengo una base fuerte en cada disciplina y puedo ser responsable viviendo sola en otro país, tuve un regalo aún más profundo.
Me di cuenta por primera vez que los regalos de la vida no se planean, te encuentran.
El regalo fue: Sentir mi cuerpo.
Antes de Toronto, la relación con mi cuerpo era inexistente. Solo lo volteaba a ver para criticarlo o hacer una queja de algún dolor. Lo ponía todo en la mente y eso pesaba mucho.
Creo que en esta parte del mundo, le ponemos tanta importancia al conocimiento, a la razón y al análisis, que se nos olvida que tenemos todo un ecosistema sabio debajo del cuello.
Te cuento que ese regalo no llegó suave. Fue y ha sido un trabajo que he tenido que explorar con lágrimas e incomodidad.
Es por eso que ahora es sagrada para mi la relación con el cuerpo.
Comencé a ir a mis clases de “Movement”
Yo creía que el trabajo somático era de flojera y hacía lo que fuera por evitarlo. Le tenía miedo a MI INTIMIDAD.
➳Recuerdo la vergüenza que sentí en mi primera clase de movimiento pero también recuerdo la liberación que sentí al mover mi columna de abajo hacia arriba con delicadeza y cuidado, protegiendo mi cuello.
➳Recuerdo con ternura cuando al inicio de esas clases hacíamos un “check in” describiendo con detalle y sin juicio 3 cosas que estaban sucediendo en nuestro cuerpo ese instante.
En una clase, nos pusieron en parejas y con una secuencia de ejercicios específicos le debíamos hacer un masaje con la intención de soltar la tensión. Primero del lado izquierdo, tomar medio minuto para que la otra persona sintiera la diferencia y luego terminar del otro lado. Cuando me lo hicieron a mi, sentí por primera vez que cada parte de mi cuerpo me hablaba con un lenguaje diferente.
𓁺Me di cuenta que para cantar o hablar, no solo basta con tener potencia, estar afinado o “usar la garganta”, la clave es liberar el cuerpo y permitir que la voz se sienta en cada parte de él.
Poco tiempo después, comencé a adentrarme más en este tema y leí un libro de Gabrielle Roth “Sweat your prayers” donde explica la importancia de pasar tiempo con el cuerpo y recordar que no somos un “brain on a stick”, un cerebro en un palito.
☽“En muchas sociedades chamánicas, si acudías a un curandero quejándote de estar desanimado ó deprimido, te hacían una de cuatro preguntas: "¿Cuándo dejaste de bailar? ¿Cuándo dejaste de cantar? ¿Cuándo dejaste de estar encantado? ¿Cuándo dejaste de consolarte con el dulce territorio del silencio?
-Gabrielle Roth
Gracias a la conexión que comenzó a activarse en mi cuerpo, despertó un nuevo vocabulario, una nueva relación con mi cuerpo. 𓁺Una relación de respeto.𓁺
Es por eso que hoy en día, amo el trabajo somático y no le tengo miedo a hacer movimientos y ruidos “fuera de lo común”. Ahora lo veo como el puente para conectar con MI VERDADERA naturaleza.
Y si hacemos un check in?
Describe 3 sensaciones (con el mayor detalle posible) que estén sucediendo en tu cuerpo
¿Cuál es la relación con tu cuerpo? ¿Qué tan clara es la comunicación?
Este solo fue el inicio, esos 6 semestres en Toronto me ayudaron a llegar con más curiosidad a las clases de movimiento y voz en NYC y en las clases que hoy en día practico, como Yoga o las clases de María en CDMX.
Tal vez no me quedé en Toronto a trabajar en teatro musical. Pero el trabajo que hice en Toronto se quedó para estar ahí cada día de mi vida y no se limita al área profesional.
Poder plantar semillas de una manera consciente y corporal y florecer en integridad.
Love
Clau ♡
Te comparto el nuevo capitulo del podcast!!!!
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