La magia de la Navidad es silenciosa, no la escuchas; la sientes, la sabes y la crees.
Todos tenemos una relación diferente con la Navidad. La manera en la que cada uno de nosotros encuentra gozo, paz, confort o alegría es respetable y única.
Lo que siempre está disponible es la magia. Siempre.
Creamos magia cuando actuamos con amor, hagamos lo que hagamos.
Encontramos magia cuando recibimos con gratitud el momento presente.
Definitivamente la perspectiva con la que recibo la Navidad cada año es diferente, pero siempre me enfoco en ver la magia.
No significa que voy a tapar los duelos por los que estoy atravesando, o que me voy a forzar a estar feliz todo el tiempo.
Pero agregarle amor a lo que hacemos da hogar y espacio para que sanemos y descansemos en la gentileza.
En su más reciente escrito, Tess Guinery compartió esta frase:
“May the walls of our homes, hear poems about others.”
“Que las paredes de nuestros hogares escuchen poemas sobre los demás”.
La quiero sembrar por aquí, porque en estas fechas donde nos reunimos, compartimos en comunidad, familia y vemos más allá del “YO” es muy fácil caer en la crítica de formas de vivir, de el cuerpo físico o de las tradiciones de la persona que tenemos a lado o en frente o en mente.
Que tal si reconocemos el poder de nuestras palabras y si en vez de que nuestras paredes escuchen críticas y quejas, creamos poemas sobre los demás…?
Mañana saldrá un nuevo capítulo de mi podcast gratuito.
En gratitud a que hoy estás aquí, te adelanto un poco de lo que hablaré en el episodio de mañana.
Hablo de el MEJOR regalo que podemos dar esta Navidad y es
LA PRESENCIA.
Donde hay presencia, hay abundancia.
Donde hay presencia, hay gratitud.
Donde hay presencia, hay paz.
No hay mejor regalo que sentirse escuchado, visto por la persona que tienes enfrente.
No hay mejor regalo que el estar presente con cada sentido en el aquí y en el ahora.
Una buena conversación
Soltando el “Que hubiera pasado si…”
Soltando el celular
Soltando “lo que tengo que hacer después es…”
Reconociendo que este momento ya es suficiente.
Alentando la respiración, destensando la mandíbula y dejando que las palabras de la persona de enfrente aterricen como plumas de ave sin la necesidad de reaccionar.
Inténtalo en tu próxima conversación y verás que es abrirle la puerta a la paz.
Como cada semana, la invitación es a permitirte suavizar el corazón y cantar una canción…
Nos leemos el domingo.
Love
Clau ♡
Gracias Clau por este bello recordatorio...estoy de acuerdo, presencia es el mejor regalo que podemos hacer(nos)❣️
muy cierto el amor y la paz nace de uno, gracias