Cuando nadie ve.
Estoy frente al espejo prácticamente desnuda después de que me hicieran un masaje que derrite cada pensamiento, cada pendiente, cada estancamiento, cada sensación de prisa y urgencia.
Hay silencio, nadie ve, solo yo. Es suficiente.
Comienzo a vestirme lentamente para luego ir a mi casa, prender una vela y bañarme con agua caliente mientras dejo el humidificador hidratando las partículas del aire de mi habitación para que sea el ecosistema perfecto para que mi voz y mi cuerpo tengan una noche que me restaure, pues mañana me toca cantar en vivo.
Hay silencio, nadie ve, solo yo. Es suficiente.
Antes de dormir, bajo a ver a Benni, mi perrito, absorbo su presencia y agradezco por un dia mas de compartirlo con el. Surge una chispa de inspiración en mi corazón así que me siento a escribir ideas para el próximo capítulo del podcast.
Hay silencio, nadie ve, solo yo. Es suficiente.
Estas semanas han sido de intercambiar mucha energía, muchas conversaciones. Lo he disfrutado tanto. Me he dado cuenta que estoy en una etapa de mi vida en la que orgullosamente he sabido balancear mi necesidad de ser introvertida y mi amor y pasión por ser más extrovertida.
Me quedo pensando en esas veces en las que ha habido silencio, nadie ve, solo yo. Esos momentos que han sido Key(clave) para poder construir una relación conmigo misma tan íntima que después logró compartir con dulzura y asombro con los demás.
Viene a mi memoria la primera vez que dí “publish” aquí en Substack, me sentía valiente. Quería gritar y llorar, por fin me había atrevido a compartir mis ideas, mi punto de vista. La gratitud conmigo misma por comenzar este Newsletter era (y es) sanadora. Viene a mi memoria la vez que le di clase de Vocal Yoga a
, después de dar “end call” a esa videollamada y había vibración y un gentil “hum” en mi corazónViene a mi memoria esa vez que termine el libro de “Colorín Colorado, este cuento aun no se ha acabado”, no podía parar de llorar intensamente y la verdad no quería, me sostuve, solo yo sabía y sé lo que ese libro había detonado.
Viene a mi memoria esa vez que yo me encontraba en NY y terminé de escuchar el audio de una persona con la que estaba abriendo mi corazón donde él expresaba lo que su corazón estaba sintiendo por mi. Me sentí parte de las estrellas viendo a la luna de cerca.
Viene a mi memoria esa vez que estaba en Toronto a -20 grados C. esperando al autobús que nunca llegó y me tuve que ir corriendo para poder ir a clase
Viene a mi memoria esa vez que fui al concierto de Jason Mraz sola y fue recibir la medicina que no sabía que necesitaba. Tuve un “AHA moment” y decidí que quería dedicarme a componer canciones y compartir música que inspire y transmita energía de amor. La medicina del mundo
Viene a mi memoria esa vez que estaba en mi habitación y escuche por primera vez una de mis canciones grabada profesionalmente y comencé a bailar con una alegría desbordante pues era un sueño hecho realidad, haber traído al mundo a una creación del corazón.
Esas memorias, esos momentos en los que soy mi cómplice, en los que solo yo sé a qué saben
.
Tener esta presencia conmigo misma ha sido incómodo, dulce, amargo, doloroso, mágico y suave. Pero poner una mano en el corazón y decir, “aquí estoy” es la manera en la que yo encuentro un retorno a la presencia, a la aceptación y paz interior.
Necesito recordar esto porque últimamente hay veces en las que la frustración y exigencia quieren dominar mi mente. Así que no solo quiero ser gentil…
Necesito ser excesivamente gentil conmigo misma.
Necesito ser excesivamente gentil conmigo misma.
Necesito ser excesivamente gentil conmigo misma.
Para mí eso es una forma de auto respeto, de amor propio y de nutrir la complicidad conmigo. De ese amor propio que uno se da CUANDO NADIE VE.
¿Cómo demuestras esa complicidad, ese amor cuando nadie ve?
Love
Clau ♡
Clau!! 🙌 Me recordaste varios “hum” gentiles del corazón y aha! moments en aquellos instantes clave que al unir los puntos de sus historias y emociones luego detonaron esos key changes.
Por ejemplo: cada que estoy de viaje y publico algo con el hashtag #joshisontheroad, cada savasana al final de una clase de yoga, cada que enseño de propósito en una lectura de diseño humano y por supuesto cada que doy clic en publicar en Substack, entre muchos más.
Y de ejemplos de más grandes como si fueran puntos de inflexión (key changes) donde ese “hum” se siente como un fuego que te abraza: cuando una emprendedora chilena me dijo el impacto que había tenido en su vida cuando le enseñé a reconocer el poder de su historia, cuando me presentaron el nombre de Zåjni y con ello mi misión de guiar a través de la intuición, cuando dije no más a la ansiedad y el burnout y poco días después se manifestó una invitación a tomar clases de vinyasa yoga, cuando elegí diferente y le dije a una mentora que se sentí un llamado a abrir mi Substack y dedicarme con coraje (entrega del corazón) a mi escritura.
Comparto contigo la importancia de darse esos momentos para abrir espacio a la magia de la presencia, que nos lleva a dar los saltos de consciencia que provocan nuevos comienzos o cierres de ciclos hacia una vida llena de vida. Saltos que están ahí al alcance si tan solo nos permitimos mirar la esencia infinita de ese instante y en ella encontrarnos tal como somos, ver con gentileza y compasión el reflejo de ese key moment (en el momento presente) que nos muestra las sombras y luces de esa versión que habitamos y que se siente acompañada al ser reconocida.
Y por último, me súper interesa una clase de vocal yoga también ✨🐚😇
Gracias por compartir. Siempre es increíble leerte!